viernes, 27 de marzo de 2015

Prisión

Abro los ojos. Miro a las paredes. Hay pinturas. Dibujos. Con algo de color. Se parecen a los que tengo en mi pieza. Pero mejor hechos. Hay una flor. Un rey de Mesopotamia o árabe. No sé bien el tiempo. Esos de ojos rasgados. Es uno de esos despertares nublados. Como si viniera de un largo sueño. No siento el cuerpo. Son varias veces las que despierto y vuelvo a dormir. Siempre con imágenes distintas en las paredes. Como si pintara, colgara y sacara…así sucesivamente. En el último abrir de ojos intento bajarme de la cama. Se siente como si el caer golpeara el piso Pero sin dolor físico. Me asomo y veo unas construcciones. Como si estuvieran en proceso. También unos bigotes. Un gato. Lo acaricio. Se ve sucio. Siento algo en mi muñeca derecha ¿una correa? ¿¿Con un candado?? Me doy cuenta que no están unidos esta vez. Quizás a alguien se le olvido unirlos. O quizás lo hicieron a propósito. Pero yo me doy cuenta de esto y desato la correa. Al sentir la mano libre una inusual fuerza se apodera de mí y me levanto. Comienzo a correr. Quiero escapar. Miro a la izquierda y están dando vueltas. Hombre. Guardias. Decido cambiar de dirección. Comienzo a correr y veo a otros dos robustos en lo que pareciera ser un gimnasio. Tampoco puedo pasar por ahí ¿un hotel? Veo a alguien que hace la limpieza. Terror. No sé a dónde ir. Abro el compartimiento de la basura. ¡Mierda! – Jamás voy a entrar ahí.- Pienso. Estoy demasiado débil y haría demasiado ruido. Me descubrirían. Vuelvo la cabeza a otro lado y veo una puerta de salida de emergencia. Intento abrirla. Pesa demasiado. No puedo seguir abriéndola. Veo las escaleras. Seguro puedo irme por ahí. Pero de súbito siento todo nublado otra vez…la puerta es de concreto…nublado…no lo lograré…nublado…maldita sea. ¿A dónde volveré? Sólo pienso en que no quiero.  Desmayo. Ojalá se nuble para siempre. Despierto en otra realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario